Por otra parte, realizamos una serie de entrevistas y encuestas con las que comprobamos el nivel de conocimientos que tiene la comunidad educativa sobre la inclusión y cómo ha evolucionado, especialmente desde la Orden 20/2019.  A partir de los resultados de las encuestas descubrimos que hay una falta de recursos importante en los centros ordinarios, lo que dificulta atender adecuadamente a los estudiantes con diversidad funcional. Por otro lado, los centros de educación especial cuentan con suficientes recursos, pero cabe destacar que en estos no se consigue llegar a una inclusión plena.

Por último, divulgamos entre el profesorado diversas propuestas de mejora como algunas metodología de innovación educativa que permiten la eliminación de barreras para lograr una inclusión efectiva.  Esta investigación nos enriqueció personalmente al comprender que tener una limitación no debería ser un impedimento si el sistema apoya a las personas para alcanzar sus objetivos y mejorar su calidad de vida.

Con dichas pruebas también descubrimos que hay una falta de recursos importante en los centros ordinarios, lo que dificulta atender adecuadamente a los estudiantes con diversidad funcional. Por lo contrario, los centros de educación especial cuentan con suficientes recursos, pero cabe destacar que en estos no se consigue llegar a una inclusión plena.